Ayudar a un niño diagnosticado con desarrollo mental, físico y del habla o moral es un trabajo diario colosal para los padres y quienes lo rodean. El papel principal aquí pertenece a cómo se organizan los juegos.
Para los niños que están rezagados en el desarrollo, el juego no es un entretenimiento, sino un procedimiento terapéutico que se lleva a cabo de forma sistemática hasta que se alcanza un determinado objetivo. Es necesario elegir el juego y la forma de su implementación, teniendo en cuenta la edad del bebé y su potencial mental y físico. Algunos niños aprenden a usar juguetes, mientras que otros son capaces de percibir actividades lúdicas complejas que incluyen el desarrollo de la memoria, la atención visual y auditiva. También hay quienes, gracias al juego, forman los conceptos de generalización (ropa, animales, transporte). No importa qué niño participe en el juego: un niño pequeño o un niño en edad preescolar, ya sea que se esté rezagando en el desarrollo o no, la condición principal es que el niño debe sentir alegría por el juego y los padres, que han convertirse en participantes plenos en él, debe apoyar este sentimiento en él.
Para todos los niños, el juego es la actividad principal. Mientras juegan, los niños aprenden a pensar, desarrollan la memoria y la atención, educan el autocontrol y la destreza, y forman la perseverancia. El juego trae alegría, familiariza a los niños con el mundo que los rodea, la naturaleza, desarrolla el habla, las emociones, la observación.
Si un niño está rezagado en el desarrollo, la mayoría de las veces simplemente no sabe cómo jugar. O si juega, entonces de una manera peculiar: le cuesta lidiar con un juguete durante mucho tiempo, a menudo lo usa incorrectamente y, a veces, simplemente lo rompe.
Un niño que no puede concentrarse en ningún objeto, agarrar todo a la vez o realizar las mismas acciones, necesita que se le enseñe a jugar. Al principio, la duración del juego está subordinada al interés del niño en él, pero tan pronto como se deja llevar por el juego, puede durar horas.
Todos los padres saben que los niños necesitan juguetes, pero no todos tienen la capacidad de elegirlos correctamente.
El juguete elegido debe ser apropiado para la edad del niño, así como para su potencial físico y mental.
Si el niño aún es demasiado pequeño, además, se retrasa en el desarrollo, no tiene sentido regalarle un juguete complejo con un mecanismo. Simplemente no podrá encenderlo, pero golpeará la mesa hasta que se rompa, lo que sin duda lo hará llorar.
Para acostumbrar al niño a algún tipo de juego, primero debe separar todos los juguetes de las migas en los que juega todos los días, y los que se utilizarán como material didáctico. Esto se convertirá en una agradable sorpresa adicional para el bebé cuando la vea.
Hay niños que no pueden jugar en absoluto. Primero habrá que enseñarles las acciones más sencillas con juguetes. Por ejemplo, un adulto le pide a un bebé que monte un conejito en un cochecito, ponga al oso a dormir y lo cubra con una manta. Es imperativo que en el momento en que se realicen todas estas acciones, hable en voz alta con frases sencillas lo que ve el bebé. A veces es necesario repetir los nombres de los juguetes familiares para el niño y las acciones realizadas con ellos varias veces para que el bebé los recuerde. Además, al jugar con el bebé, el adulto llama su atención sobre el orden de ciertas acciones, por ejemplo: “Primero, la muñeca Katya necesita ser bañada. Aquí la lavamos. Ahora lo limpiamos, tomamos una toalla. Bien. Ahora ponla en la cama, cúbrela con una manta encima. Bien hecho”.
El interés sincero y la actitud positiva del adulto hacia el juego tienen un impacto tremendo en la percepción del proceso por parte del niño. Tan pronto como el bebé se sienta falso en las palabras de los padres, inmediatamente responderá negativamente.
También será útil para estimular las acciones reflejadas del niño, la repetición tras otros: “Haz como mamá o papá”.
Los niños más desarrollados, con la necesidad de un juego consciente, pueden representar situaciones de la vida de su familia o la suya propia, episodios de sus cuentos de hadas o libros favoritos. Los héroes en un juego así pueden ser reemplazados por muñecos o máscaras. Por supuesto, se necesita un guión y un discurso emotivo.
Cuando el bebé se acostumbre a los juegos, deberá introducir lentamente actividades para el desarrollo de la audición y la visión. Para ello, es necesario desarrollar las habilidades de percepción, distinguiendo y ordenando los objetos según las características principales, destacando el color, la forma, la integridad y el tamaño. La formación de paciencia al realizar la construcción de acuerdo con el esquema, el desarrollo de la memorización y la imitación de ese bebé también serán útiles.
…