Un período emocionante en la vida de una mujer, el embarazo, siempre se ha asociado con muchos mitos y rumores. Muchos prejuicios se transmiten a una madre joven de las abuelas. Hoy los expertos están seguros de que las madres jóvenes tienen más razón que sus mentoras: las abuelas. Las advertencias que acompañaron a una mujer durante todo su embarazo, en su mayor parte, vinieron del “tabú” de la época “oscura” de los veteranos. Confiemos en las indicaciones médicas y en la lógica. El miedo es algo bueno, sin él la humanidad no puede sobrevivir. Pero, asustar a una mujer con nimiedades no es una ocupación inofensiva.
1 mes. Hablar, no hablar
Hasta ahora, se cree que una mujer debe ocultar su “posición interesante” hasta que se haga evidente. Nuestros antepasados también consideraban los más prósperos si nadie, excepto la madre, sabía sobre el desarrollo y la existencia del bebé. La ciencia moderna no niega, pero no confirma esta opinión. La futura madre debe guiarse solo por su propio instinto e intuición maternos al elegir un modelo de comportamiento durante el embarazo.
2 meses. Vamos a la peluquería
Se cuestiona la prohibición de cortarse el pelo durante el embarazo. Históricamente, las “raíces” de este mito surgen de la interpretación del cabello como una reserva de vitalidad y energía, pero de hecho, cortar y teñir el cabello no afectará la salud del feto de ninguna manera. Esto también se aplica a otros procedimientos cosméticos familiares para cualquier mujer.
3 meses. Miembro peludo de la familia
Otro mito está relacionado con el hecho de que las mujeres embarazadas no deben acariciar gatos; supuestamente, esto conducirá a la aparición posterior de una “mancha peluda” en el cuerpo o contribuirá a la aparición de muchos enemigos en el niño. De hecho, lo único que los gatos pueden ser peligrosos es que pueden convertirse en una fuente de toxoplasmosis, una enfermedad peligrosa para la salud. En otros casos, las mascotas no son peligrosas.
4 meses. El primer “golpe-golpe” desde el interior: “Mamá, compra pañales”
La medicina actual no ve prohibiciones sobre las cosas compradas por adelantado para un feto. Una opinión extendida y prohibida sobre la compra de una mujer embarazada se basa en la creencia de que una cuna y ropa comprada con anticipación pueden ser “pobladas” por fuerzas de otro mundo. No debes negarte el placer de comprar para tu bebé. Por el contrario, piense en el hecho de que cuando nazca el bebé, su guardarropa y botiquín de primeros auxilios deben estar listos. Mamá ya no estará a la altura del ajetreo y el bullicio de las compras.
5 meses. Usted tendrá…
Los médicos disipan otro prejuicio: no es más difícil tener niñas que niños. El sexo del niño no afecta el curso del embarazo de ninguna manera. El papel lo juega solo la genética, la salud de la mujer en el trabajo de parto, el clima, etc.
6 meses. “Tu carga no lleva”
Las conversaciones sobre no sentarse en el porche o el umbral son relevantes solo cuando existe la posibilidad de resfriarse o caerse de una estructura similar. Los médicos apoyan la prohibición si el estado fisiológico del embarazo requiere un régimen moderado.
7 meses. Hacemos costura con pensamientos de un bebé.
Tampoco es cierto que las mujeres embarazadas tengan prohibido coser y tejer. En los viejos tiempos, pocas personas tenían una idea sobre la estructura de nuestro cuerpo, por lo que hoy esta regla se basa en hacer esto en una posición cómoda, para no interrumpir la circulación sanguínea, el flujo de nutrientes al cuerpo del bebé.
8 meses. Solo queda un poquito
Se rumorea que levantar los brazos por encima de la cabeza al final del embarazo hace que el bebé se enrede en el cordón umbilical. De hecho, este problema solo puede ocurrir si el cordón umbilical es demasiado largo y el bebé está “gastando” tiempo activamente. Eso sí, para comprenderlo correctamente, los médicos no hacen ninguna llamada para realizar ejercicios físicos peligrosos.
9 meses. Deseando conocernos
El difícil nacimiento de la madre es “heredado” por su hija. No es verdad. Nadie sabe cómo puede ser el parto y el embarazo, por lo que no vale la pena “liquidarse” con una genética fallida antes de tiempo.
La mejor solución para la futura madre es guiarse por su propia intuición, sin descuidar las recomendaciones del médico.
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