Con el inicio del embarazo, la mayoría de las mujeres comienzan a temer mucho por su figura: según las estadísticas, la mayor cantidad de kilos de más ganados cae precisamente durante el período de tener un hijo. De hecho, el peso durante el embarazo aumenta debido al estado de los niveles hormonales, sin embargo, esto, por regla general, es una pequeña cantidad de kilogramos que desaparecen fácilmente después del parto. Las mujeres embarazadas con bajo peso aumentan más kilogramos, las mujeres con peso normal aumentan menos.
Mujeres que aumentan demasiados kilos durante el embarazo y ponen en riesgo no solo su propia salud, sino también la de su propio hijo. El exceso de peso comienza a aumentar activamente por una razón: comer en exceso y una dieta poco saludable. En el caso de que una mujer también comiera de manera incorrecta e irregular antes del embarazo, se acumula una cantidad suficientemente grande de toxinas en el cuerpo. Son estas toxinas las que causan una toxicosis severa en el primer trimestre del embarazo, ya que el cuerpo se limpia de lo acumulado.
Por lo tanto, en primer lugar, una mujer embarazada debe consumir una cantidad suficiente de agua sin gas, ya que es agua la que ayuda a limpiar completamente el cuerpo y regular la sensación de hambre. Es la falta de agua lo que provoca la sensación de hambre, como consecuencia del intento del organismo por compensar la deficiencia a través de la alimentación, la mujer come más de lo que necesita, lo que contribuye al aumento de peso. Un requisito bastante importante para la correcta organización del embarazo es un régimen de bebida: al menos dos litros de agua al día. Es esta cantidad la que ayuda a limpiar el cuerpo y deshacerse de la sensación de falsa hambre.
La nutrición de una mujer durante el embarazo debe ser equilibrada: frutas, verduras, alimentos con proteínas, cereales integrales. Todos estos productos ayudarán a suplir la falta de vitaminas, minerales, fibra y otros nutrientes necesarios para la mamá y el bebé. Es necesario reducir al mínimo el consumo de harinas, dulces, productos de confitería, así como bebidas dulces carbonatadas, café negro, té fuerte.
También es necesario observar el régimen de actividad física, dedicar más tiempo a caminar, estar al aire libre. Si no hay indicaciones especiales de los médicos para la restricción de la movilidad, una mujer debe observar un régimen motor hasta el mismo nacimiento, lo que ayudará a quemar las calorías adicionales ganadas y normalizar el metabolismo. Además, en ausencia de una amenaza de interrupción del embarazo, a la mujer también se le recomiendan ejercicios físicos especiales para diferentes trimestres del embarazo.
Sujeto a todas las recomendaciones de los médicos y al cumplimiento de la dieta correcta, el riesgo de aumento de peso excesivo durante el embarazo se reduce al mínimo.
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